El ambiente está impregnado de inciensos
El Sol abrasa fuerte arriba...
El pueblo se arrastra hacia la procesión
La cúspide de la mezquita brilla como sus párpados dorados
que aletean suavemente a través de la brisa seca del desierto
Las gotas son diamantes
Unos enamorados desean perderse de la multitud buscando alivio en un oasis
Se mueve como serpiente al caer el atardecer mientras unas pupilas negras y penetrantes siguen su sutil danza de esclava furtiva. Unos abanicos se mueven suavemente dandole aireadas de viento. Abanicos sostenidos por brazos fuertes capaces de cargar toneladas bajo el abrasador sol de esta era. Brazos fuertes que la conducen hacia la procesión.
Está bien llorar, pero tienes que saber que la separación es temporal.
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En una pieza oscura donde tenuemente se reflejan los rayos de luz reza su rosario. Y las nubes rosadas anuncian que se avecina la tarde y el agua hierve para el café. Entre cánticos y vapor de café de grano sigue rezando su rosario hasta el cansancio en donde se apagan las velas y se sume en el placer del silencio.
Detrás del velo se asoma un rostro moreno de iris turquesa como esas aguas en donde se sumerge...zafando esta era infernal bajo el agua fresca de las rosas. Viene el atardecer insinuando rituales que funcionan como el imán. Canela, Lilium , Rosas.
Ornamentas y piedras preciosas
Contempla la tarde y sigue pensando que es todo o nada. Se queda sin hijos o tiene muchos y le pondría Lourdes Candelaria a una, Úrsula a otra, Blanca, Jesús, Ángel, y todo los nombres que le dice su corazón.
Aromas de incalculable valor como las joyas que la arropan, sumergida en el rústico sauna de especias.
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